La Edades de los Petroglifos de Venezuela

 La Edades de los Petroglifos de Venezuela
Texto: Carlos Suarez 

Muchos autores afirman, que los primeros humanos que penetraron en el territorio que hoy conocemos como Venezuela, eran bandas de cazadores que vivieron hace aproximadamente 15.000 años.
La historia prehispánica de Venezuela ha sido dividida en cuatro grandes períodos: Paleoindio (15.000 a 500 años antes de Cristo), Mesoindio (500 / 100 a.C.), Neoindio (1000 a.C. / 1500 después de Cristo) e Indohispano (1500 d.C. hasta el presente).
Esta periodización no es precisa ni rígida; es decir, el inicio de un nuevo período no significa necesariamente la finalización de lo anterior, ya que los  grupos étnicos que poblaban nuestras tierras antes de la llegada del hombre europeo experimentaron líneas muy diversas de evolución y desarrollo. Sin embargo, se puede hablar de la existencia de dos grandes modos de vida que se diferenciaban entre sí: el de los arawacos y el de los caribes. www.fpolar.org.ve/ encarte/fasciculo2/fasc0202.html

Los Arawakos y los Caribes fueron los protagonistas de las principales oleadas migratorias que poblaron nuestro territorio. El aporte cultural de estas dos familias lingüísticas, fue notable y contrastante, pero debemos tener encuentra, que a Venezuela llegaron otras corrientes migratorias: grupos independientes que ascendieron por el Orinoco, Chibchas en la región andina, y grupos menores que llegaron de México como lo expresan rasgos mesoamericanos entre guamonteyes, otomacos y guamos, o en el juego de pelota entre los caribes.

Elementos simbólicos de todas estas culturas, están presentes en los petroglifos de Venezuela, pero los problemas y costos inherente a su datación, ha dificultado establecer una cronología que pueda relacionarlos con esas oleadas culturales, que migraron a través de nuestro territorio durante 15.000 años. Sin embargo, Jeannine Sujo Volsky reseña la existencia de una técnica, que podría se utilizada en el futuro, para datar los petroglifos de nuestro país:
Recientemente, se han realizado aplicaciones experimentales de una técnica de fechamiento absoluto, basada en la medición de la proporción de cationes
(combinaciones de elementos químicos) presente en la patina natural de las rocas, y su lixidación (disolución y remoción por factores climáticos) a través del tiempo.

En la serranía de Cosó al Oeste de los estados unidos, la técnica permitió corroborar una secuencia cronológica relativa establecía en base a un análisisfigurativo de petroglifos pero otorgó, en términos  de edad absoluta una mayor antigüedad que la que se calculaba, resultando un fechamiento de ca. 6.000, 4.300 y 1.700 años antes del presente para los estilos: abstracto curvilíneo, abstracto rectilíneo y representativo respectivamente. DE VALENCIA, Ruby y SUJO, Jeannine. 1987:142
La técnica reseñada por la Prof. Sujo, nos permite deducir que el arte de grabar figuras y signos en las rocas, es muy antiguo en Venezuela, posiblemente, se vienen realizando desde fechas anteriores a las reseñadas en este ensayo, aunque el tiempo se halla encargado de borrar estas huellas.
Nos toca asumir la responsabilidad de establecer esta cronología de 6000 años, un periodo de tiempo amplísimo, que exigirá gran esfuerzo y dedicación por parte de aquellos que dedique su vida a este trabajo. Sin embargo, aunque no conocemos la cronología exacta de su realización, si podemos afirmar, que los petroglifos se encuentran vinculados, con elementos esenciales del patrimonio estético de sus realizadores.

Hace miles de años, los primeros creadores en nuestro territorio, enfrentaron la fría y vacía materialidad de las rocas de su entorno, y perturbados por una especie de horror vacui, se sintieron impulsados a cubrirlas con trazos simbólicos, que les permitieron plasmar sus creencias ancestrales, y trascender más allá de su existencia terrena.

Las rocas grabadas a lo largo y ancho de nuestra geografía, han permanecido abiertas durante siglos, como textos que abstraen un enorme cúmulo de conceptos mágico-religiosos. Estos conceptos, establecieron un centro simbólico que permitió a sus herederos culturales, orientarse a pesar de las incertidumbres que le causaba en el transito por su periplo existencial.

Muchas de estas figuras aluden a lugares míticos y originarios, donde los protagonistas de la historia sagrada dejaron marcas que son prueba de su presencia, poder y sabiduría.

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